La adversidad llega.
Hay cosas hermosas en el mundo, como un terrón de azúcar dulce que se derrite en tu boca. Pero también hay adversidades, como un torrente de lágrimas que desbordan de tristeza. En cada rincón del mundo, en lugares a los que no podemos llegar, siempre habrá calamidades imparables, como inundaciones o feroces bestias. Debemos sentirnos afortunados de no estar en medio de ellas, pero también debemos lamentar que haya personas que sí lo están...